3ª etapa del Aquelarre: La misa negra y la orgía
Sobre la tercera etapa del Aquelarre, la misa negra y la orgía, los datos que más se conocen son los que dieron los inquisidores del caso de Zugarramurdi. Se dice que se aprovechaban fechas muy señaladas, como la víspera de Reyes, de la Ascensión, Corpues Christi, Todos los Santos, la Asunción de la Virgen o la noche de San Juan para realizar un ritual especial que constaba de dos partes. La primera parte constaba de la confesión de las brujas y brujos, donde se acusaban de haber entrado en una iglesia, de haber oído misa o de los males que pudo hacer y no hizo. La segunda parte constaba de la misa negra, siendo esta celebrada por el propio Demonio, revestido con ornamentos sucios, negros y de muy mal aspecto. Esta misa negra sigue los mismos pasos de la misa cristiana, incitando a los feligreses tras el sermón a que hicieran el mal a cambio de alcanzar el paraíso. Las brujas y brujos se acercaban uno por uno y se arrodillaban ante el demonio para besarle la mano izquierda, los genitales y el ano (práctica conocida como ‘osculum infame’).
Algunas brujas y brujos realizaron confesiones sobre la misa negra en sí. Hablaban de que, en el momento de la consagración, el demonio alzaba algo con forma de suela de zapato en la que se veía su figura y decía: “Esto es mi cuerpo”. A continuación alzaba un cáliz de madera negro, feo, mientras todos allí lo adoraban arrodillados. Las brujas y brujos se iban acercando al altar -cubierto por un trapo negro y deslucido- para comer y beber lo que el Demonio había consagrado.
Una vez terminada la misa -réplica exacta de la misma cristiana- comenzaba la parte diferente. El demonio copulaba con todas las brujas y sodomizaba a los brujos, para después comenzar una orgía en la que también participaba el demonio: “Brujos y brujas se mezclan sexualmente y aparean unos con otros en total promiscuidad, sin consideraciones de sexo ni grados de parentesco”.
Índice
Sé el primero en comentar