Astromancia: madre de la Astronomía y la Astrología (II)
Continuamos hoy hablando de la astromancia, el arte predictivo basado en la observación de los astros. El otro día nos quedábamos comentando que la astromancia había evolucionado hasta el punto de que de ella saldrían las dos disciplinas diferentes hoy conocidas como astronomía y astrología.
La disciplina de la astronomía se basa en el estudio científico de la estructura del universo y de los astros para así poder conocer el funcionamiento del mismo, y de esa manera poder prever acontecimientos como son los eclipses de sol y luna, el descubrimiento de nuevos planetas y satélites o la caída de meteoritos.
A diferencia de la astronomía, la astrología se basa en el estudio no científico de los astros, trabajando en el aprendizaje de cómo los planetas influyen sobre el comportamiento humano. Esta influencia es dividida por los astrólogos en doce signos, cada uno de los cuales consigue plasmar una energía específica a las personas que se encuentran bajo su dominio. El dominio de cada planeta sobre cada persona surge a raíz de la fecha y hora de nacimiento de cada individuo, con el fin de conocer cuál era la disposición de los planetas en ese preciso instante, y de esa manera poder relacionarlos en la búsqueda de predicciones sobre el futuro de la persona o de acontecimientos en general. Estos doce signos zodiacales a los que se refiere la astrología ya los conocéis: Aires, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
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