Augur: el sacerdote que practicaba oficialmente la adivinación
Han sido en varias ocasiones que, hablando sobre las mancias, aparecía el nombre de los augures. Ya lo hemos explicado en varias ocasiones, pero hoy vamos a meternos un poco más a fondo en el tema, para así conocer un poco más quiénes eran y cuáles eran sus funciones como sacerdotes dedicados de manera oficial a la adivinación.
La figura del augur ha existido desde la fundación de Roma, ejerciendo en una práctica que había sido tomada de etruscos y griegos. Ser augur era un cargo considerado oficial, aunque también los había particulares. Las consultas a augures oficiales se limitaban a los magistrados, y en recintos especiales. Este cargo de augur oficial era vitalicio y compatible con los cargos típicos de un sacerdote.
Para sus labores adivinatorias, el augur contaba con dos libros: uno de rituales, en el que se podían encontrar fórmulas fijas, y otro de comentarios, donde se recogían resúmenes de las consultas y actuaciones. También existían dos tipos de augures. Estaban los que pedían a los dioses la manifestación de su voluntad, todo mediante el uso de fórmulas rituales. Y luego estaban los augures que podían descifrar los signos de la voluntad de los dioses, habiendo sido esta manifestada sin previa solicitud. Fueron este segundo tipo de augures los más importantes, llegando a ser usados sus vaticinios en temas de peso como fuesen elecciones, anulación de asambleas y cosas por el estilo.
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