Cábala y Tarot: el alfabeto hebreo y su significado esotérico (II)
El estudio de las veintidós letras sagradas ocupa un vasto campo en la Cábala. En el alfabeto hebreo cada letra tiene una forma (la figura visible, y las asociaciones a las cuales se derivan), un nombre (por ejemplo, Beit significa “casa”) y un valor numérico (de uno a cuatro). Cada uno de estos tres elementos se pueden estudiar en diferentes niveles, dado que las letras se extienden desde el nivel divino hasta el material. Cada letra se convierte en una herramienta para la meditación, que contiene, según la terminología oriental, Mantra (sonido de valor meditativo), Yantra (figura arquetípica) y el Tantra (enseñanza esotérica, moral o práctica de la que deriva).
Se estima que el alfabeto hebreo fue desarrollado a partir del siglo VI y su creación es atribuida al escriba Esdras, figura que fue considerada como el segundo Moisés y que reintrodujo la Torá en Jerusalén. Según la Cábala, las veintidós letras del alfabeto hebreo están asociadas a los diez sephiroth (flujos de energía), que eran la materia prima que Dios usó para crear el universo.
Cada una de estas 22 letras poseen un significado específico y, al asignarle un valor numérico, surgen diversas combinaciones, que serían lo mismo que formar una ecuación numérica. Con esta ecuación numérica de significados se crean los conceptos, las ideas, la naturaleza y la historia de la vida misma. Se estima que de este alfabeto se originó el tarot, que se encuentra estrechamente vinculado con los sephiroth de la Cábala y la alquimia, como casi todos los símbolos místicos y el ocultismo en general.
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