Cartas del Tarot; Justicia

La carta del tarot numero 11 se llama “Justicia”, una palabra que en este método adivinatorio no tendría el significado humano que todo podríamos asignar relacionado a los aspectos morales, jueces o abogados, ya que la carta de “La justicia“ pertenece a los Arcanos mayores y tiene una visión diferente.

El poder de las fuerzas cósmicas rigen cada aspecto de nuestras necesidades diarias respecto de quienes somos en el plano que nos toca vivir, el cual a su vez se encuentra determinado por lo que hemos merecido en función de nuestra trayectoria en planos anteriores, así como también de lo que mereceremos en el futuro, lo cual se traduciría en la famosa “Ley del karma”.

Karma: La Ley de Acción y Reacción

Para cada uno como individuo encarnado en nuestro planeta, rigen un conjunto de leyes karmicas, de las que se desprende explicado simplemente, la comprensión de que cada uno “al final cosecha lo que él o ella siembra”, a pesar de que quizás no se vea de esa manera al principio. Por ello en la vida debemos sembrar cosas beneficiosas tales como tratar a los demás con respeto y dignidad, teniendo actos honestos y con buenas intenciones durante toda nuestra vida.

En el sistema filosófico del karma, el tiempo durante una vida es justo e imparcial y cada acción tiene su reacción correspondiente, por ello en tarot se relaciona a la justicia como esta ley fundamental de causa y efecto, dándonos una perspectiva a tener en cuenta de evaluar las decisiones tomadas en el pasado, para saber que efecto pueden estar teniendo actualmente o tendrán a futuro.

La imagen de Rider Waite adjunta a esta carta del tarot representa a un hombre vestido majestuosamente sentado en medio de dos columnas y mirando fijamente, configuración similar a la carta de la sacerdotisa, que representa los principios de la cognición divina, la fuerza y ​​la ley divina siendo mucho más prominente.

La figura en la tarjeta de Justicia del tarot tiene dos objetos: una balanza en una mano que significa el equilibrio y una espada en la otra para ejemplificar la preservación de ese equilibrio, incluso por medio de la fuerza. No hay manera de escapar de los beneficios o padecimientos de nuestras acciones.