El amigo del sótano: una presencia maligna
Aunque ya no vivía en la casa de al lado, Bob seguía visitando casi a diario a sus padres. Ellos sí seguían viviendo en la misma casa que le vio crecer, la misma casa que habían construido con sus manos. Pero los años pasaban para todos y aquel padre que fuese un exmarine ahora pasaba los últimos días de su vida sufriendo de demencia bajo los cuidados de su hijo Bob y su esposa Dorothy. El padre de Bob vivía aterrado, diciendo que veía fantasmas en la casa y negándose a entrar en el sótano, pero el doctor decía que en su grado tan avanzando de demencia era algo normal. El padre de Bob falleció y Dorothy empezó a vivir sola por primera vez en su vida.
Dorothy era una mujer fuerte. Los recuerdos no le impedían avanzar en un día a día que se había vuelto muy largo. Una tarde comenzó a escuchar algo que parecía una conversación. El sonido parecía como si saliese de la televisión o de una radio, pero ambas estaban apagadas. Por un momento pensó que podía ser el espíritu de su marido. La emoción pudo con ella y terminó lanzando al aire un “Te echo tanto de menos”. Pero esa noche su emoción cambió por el peor de los terrores. A la mitad de la noche algo la despertó. Dorothy sintió como si alguien se sentase a los pies de la cama, pero allí no había nadie. Se quedó sentada en la cama, tapada hasta el cuello y sintiendo que la presencia que había en su dormitorio no era la de su marido, sino algo maligno.
Dorothy llamó a Bob para que, como investigador de lo paranormal, le ayudase a saber si había algo extraño en su casa. Bob aceptó y fue a casa de su madre con su equipo. Bob sacó la grabadora digital y comenzó a lanzar preguntas al aire: “¿Hay alguien ahí? ¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué quieres?” De repente algo empezó a ir mal. Una presión enorme en el pecho hizo que Bob volviese a recordar aquel miedo que sintió de niño, recordó a ese amigo del sótano al que olvidó hacía cuarenta años. Sabía que lo que había en casa de su madre no era la presencia de su padre. Bob fue a buscar a sus compañeros de investigación para que le ayudasen a intentar descubrir qué era eso que había en casa de su madre.
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