El Cipitío
Cuenta la leyenda que el Cipitío nació de la relación que tuvo Ziguet (Sihuet – Diosa de la luna) y con el dios Lucero de la Mañana, pero esta relación provocó una traición hacia el dios Sol, es por eso que el dios de los dioses Teotl, condenó a su madre Ziguet y al fruto de este amor prohibido, Cipitío. A Ziguet la condenó a ser siempre una mujer errante, y a Cipitío a ser un niño de 10 años siempre y nunca crecer.
Durante siglos Cipitío o Cepit, fue considerado símbolo de las relaciones adúlteras y prohibidas, pero hoy ya perdió esa fama, y es consideraron un ser alegre y travieso que vaga errante por la naturaleza. Inclusive la leyenda a tenido algunas variaciones y el nombre de Cepit ha derivado en “Cipote”, apelativo coloquial con que se les llama a los niños en El Salvador.
Se dice que el Cipitío le gusta ir a los trapiches de caña, en donde se baña con las cenizas. También se dice que es muy enamoradizo, y que suele molestar a las chicas que se acercan a los ríos, en donde les lanza silbidos, flores y piedrecillas.