El misterio de La última cena (parte 2)
La última cena, no es un fresco cualquiera, no solo el hecho de haber sido realizado por Leonardo Da Vinci, la hace especial. En ella encontramos incógnitas y secretos que han sido libremente interpretados y que han incrementado su misticismo.
El rostro de Jesús
Como vemos en la obra y las miles de réplicas, reproducciones y hasta parodias, el personaje de esta pintura es Jesús, al que vemos ubicado en medio de los 12 apóstoles. Pero una de los misterios más grandes es la concepción de su rostro, y en quien se inspiró Da Vinci para pintarlo. Se dice que el apóstol Simón (segundo apóstol a la derecha de Jesús), está basado en el busto de Platón, aunque esta teoría ya fue descartada por desfase de las fechas (el busto fue hecho posteriormente).
Pero el rostro de Jesús es otro de los enigmas más grandes de esta pintura. Leonardo Da Vinci, preparó un dibujo preparatorio (fotografía) del protagonista principal de su obra, era obvio que sería el punto que atraería más miradas en su obra. Las versiones de su origen son muchas, pero ninguna concluyente.
El cuchillo en la mesa
Se puede ver en la pintura que Simón (Pedro) y Judas Iscariote sostienen un cuchillo, el cual sería el símbolo de la traición, que sufriría poco después por ambos, uno vendiéndolo vilmente y traicionándolo y el otro negándolo 3 veces. Según Bruce Boucher del New York Times, ese cuchillo pertenecería a Pedro, y que simboliza como espada, con la cual defendería a Jesús posteriormente.
El número 13
En la pintura podemos ver a 13 comensales, hecho que se convirtió en una superstición popular, que reza que en una mesa donde hay 13 uno morirá. También se le atribuye este hecho para que el número 13 obtenga la fama de número de mala suerte.
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