El Sabbat; Ritual de Brujas y Magos
Las brujas y los magos sabían que era el tiempo para llevar a cabo el Sabbat o ritual del sábado, ya que su marca secreta hecha por el mismo demonio comenzaba a picarles, por lo cual debían prepararse para el día de reposo.
Se decía que algunos sencillamente llegan a pie al ritual, pero en general las brujas lo hacían volado, tanto sobre animales o demonios, como en su propia escoba, después de haber frotado sobre su cuerpo el ungüento de vuelo.
Una vez que las brujas llegaban al lugar de los sábados, lo hacían a veces junto con los nuevos iniciados, era entonces cuando el demonio aparecía, por lo general en forma de un chivo negro (macho cabrío), pero también solía tomar la forma de un gato negro, un cuervo o un sapo con plumas.
Los asistentes le besaban las nalgas a modo de saludo y le informaban de todos los hechizos dañinos que habían hecho desde el último Sabbat, junto con los nombres de sus víctimas. Luego hacia su aparición la Reina del ritual, una mujer desnuda que monta un ganso negro, entonces Satán orinaba en un agujero hecho en el suelo y luego todos los asistentes hacían lo mismo, cuando terminaban colocaban dos dedos en el agujero y hacían la señal de la cruz invertida.
Satán subía al altar y le daba a la reina los sacramentos del infierno, para después fornicar, distribuyendo la ostia infernal sobre el cuerpo desnudo de la reina. Las brujas tenían entonces para rendir homenaje al diablo, renovar pactos, escribir sus nombres en el “Libro Negro” realizando un juramento.
La ceremonia de bautismo se llevaba a cabo sobre los iniciados con sangre menstrual, el demonio ponía su marca en ellos y después tenía relaciones sexuales con ellos. La fiesta a menudo contaba con una deliciosa comida o en ocasiones consumían carne repugnante de cadáveres de bebés, donde la sal estaba totalmente prohibida.
Con las primeras luces del día y antes de que el gallo cantara , el diablo y las brujas desaparecían hasta el próximo Sabbat.
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