El Sufismo el camino del amor o del corazón
El sufismo no es una religión, es una práctica mística, que puede ser practicada por cualquier religión.
Los sufís enseñan que es el corazón de la religión y ninguna fe o creencia es cuestionada y cada practicante puede seguir su propio credo, iglesia o religión
Hace muchísimos años la palabra “Sufí” era usada por los místicos de la época. Y eran llamados “Sufís”, los que usaban ropa gruesa de lana, en señal de misticismo y penitencia. También recibían este nombre los que meditaban en aislamiento y practicaban ritos religiosos en los que permanentemente pronunciaban el nombre de Dios.
El misticismo Sufí está basado en ser Uno con Dios y lo creado por él. Conocer la Realidad Absoluta, no a través de la lógica y de la demostración, sino la verdad en sí misma, que solo se puede tener acceso a ella por medio de la iluminación, la meditación y la contemplación. Este conocimiento solo se puede alcanzar con el “ojo del corazón”.
El ego o yo dominante tiraniza y ejerce un control en la conducta y pensamiento. En consecuencia las decisiones que se toman bajo este ego, no pueden ser puras, ni sanas ni desinteresadas y por lo tanto no puede ser ni correcto ni justo su proceder. El conocimiento, el conocedor y lo conocido son comprendidos como uno solo.
En el sufismo no existen posiciones jerárquicas. Cuando se reúnen varios sufís, el más avanzado, enseña si esa es su misión, y él sabe perfectamente si lo es o no y los que están cerca de él también lo saben.
Surge así espontáneamente el papel del maestro, del que enseña, al que se respeta y se obedece y ante todo se ama porque no muestra un ideal. El maestro es un sufí que ha afinado sus sentidos físicos su percepción del mundo y se ha hecho Uno con él y de manera especial el amor brota sin reservas ya que este ser ha adquirido y desarrollado en sí mismo sentidos superiores que están latentes en todos nosotros.
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