El Tarot y los 4 Elementos
Conocemos como elementos de la naturaleza al Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra, estos son los elementos que encontramos en prácticamente todas las tradiciones religiosas o espirituales, también en la alquimia occidental.
En las zonas más altas de la espiritualidad habría que añadir también como elemento al “éter o elam”, pero en que respecta al Tarot como arte predictivo estamos casi exclusivamente restringidos a los primeros cuatro elementos, ya que las cartas del Tarot pertenecen al plano terrenal por ser aplicable a situaciones cotidianas de la práctica.
Los cuatro elementos fueron relacionados con el ser humano por sabios antiguos como Pitagoras así como Jung un destacado personaje de psicología moderna de la siguiente forma;
Fuego: la imaginación, los sentimientos
Agua: la intuición, la intuición
Aire: la racionalidad, cognitivo
Tierra: los sentidos y los sentidos
Todas estas características de los elementos se traducen en un lenguaje más comprensible, en las fórmulas que presenta la práctica del Tarot, ya que las aplica de modo potencial, así por ejemplo;
El elemento fuego trae la energía dinámica.
El elemento agua aporta flexibilidad.
El elemento aire trae la racionalidad.
El elemento Tierra trae el pragmatismo y el potencial práctico.
Un tarotista debe comprender y manejar los significados de los elementos, ya que cada carta del Tarot lleva implícita una influencia de cada uno de ellos, inclusive ya desde el conocimiento oriental, particularmente en la cultura china que basa su sistema de conocimientos tanto astrológicos, predictivos (I Ching) y médicos en la compresión de cada uno de los elementos naturales (para ellos 5 por que agregan la madera), ya que en ellos encuentran las claves de la vida en todos su niveles.
Los elementos en arte esotérico del Tarot cumplen una función decisiva, ya que potencian la simbología que encierra en si misma el conocimiento que los antiguos nos legaron a través de ellas.
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