A Haunting: Poseída (la petición de Josh)
Mary volvió a su casa. No sabía dónde estaba Josh. De la planta de arriba venían unos rugidos, como de dos lobos. Mary subió muy despacio las escaleras: “¿Josh? ¿Estás ahí?” Los rugidos sonaban cada vez más cerca. Mary abrió la puerta de la habitación de Josh y le encontró llorando, sentado en el suelo, en una esquina de la habitación. Mary fue corriendo en su busca y le preguntó que por qué estaba así. Josh le dijo que todo lo que estaba ocurriendo era por culpa de sus investigaciones, que estaba harto de tener siempre miedo y que ya no creía en Dios, porque él mismo le había pedido a Dios que su madre dejase las investigaciones paranormales y no lo había conseguido. Mary no podía permitir que su hijo estuviese tan afectado por su culpa. Era momento de empezar a hacer cambios.
A la mañana siguiente Mary quiso llevar a Josh a la casa de su abuela. Ya había salido del hospital y Hanna también iba a estar allí. Josh salió disparado hacia el coche y empezó a llamar a voces a su madre para que no se retrasase. Mary salió, cerró la puerta y se quedó clavada en el suelo. Mil voces comenzaron a gritar dentro de su cabeza. La cara de Mary cambió por completo, se dirigió al coche, miró Josh, arrancó y echó a andar… seguía mirando a Josh.
Más información – A Haunting: Poseída (“¡No necesitamos ninguna ayuda!”)
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