La caída de Satanás
En un pasaje de la biblia Satanás es presentado como uno de los ángeles de Dios. Un querubín sabio, perfecto y hermoso, líder entre estos ángeles guardianes y con un hermoso nombre: Lucifer, el portador de la luz.
Ataviado con hermosas piedras engarzadas en oro, Lucifer tenía un lugar en la montaña sagrada de Dios, era un ser perfecto y se le había concedido la voluntad para escoger entre el mal y el bien. Como si se tratará de una piedra preciosa, Lucifer reflejaba la gracia y la luz de Dios como ningún otro ángel, por eso su caída fue tan terrible.
La caída de Satanás se dio a causa de su intento de rebelar a los ángeles contra su creador y erigirse como líder de las huestes angelicales en su totalidad. Satanás deseaba subir a lo más alto del cielo y establecer allí su propio trono para gobernar a los ángeles.
En su soberbia y orgullo Dios vio dos grandes fallas y por eso lo castigó derribándolo a lo más profundo de la Tierra. La caída de Lucifer lo convirtió en Satanás, una figura que representa exactamente todo lo opuesto a lo que Dios ES y HACE.
Más información – Belcebú
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