Las energías negativas de la Tierra Continuación
La época que nos ha tocado vivir, los ambientes que nos rodean, están cargados de energías malsanas que como vimos en el artículo anterior, deterioran nuestra vida a nivel físico mental y emocional y pueden ocasionarnos enfermedades y llevarnos a la muerte.
Estas emanaciones energéticas negativas cuando estamos a merced de ellas nos hacen sentir cansancio, irritabilidad, depresión y apatía y unas de las causas al ser estudiadas conducen a que nuestro cuerpo está sufriendo una sobre carga de energías electrostáticas, eléctricas o electromagnéticas
Para lograr que nuestro cuerpo se equilibre y estabilice, el remedio más sencillo es caminar descalzos sobre la hierba. El contacto directo con la tierra, donde predominan las cargas negativas y la atmosfera a su vez con contrapeso de energías positivas, nos devolverán la estabilidad perdida.
Como vimos en el artículo relacionado con las energías negativas de la tierra, los animales y las plantas nos pueden ayudar también en este equilibrio, los árboles por ejemplo, nos transmiten energías vitales que necesitamos para nuestra salud.
Un ejercicio que podemos realizar es acercarnos a un bosque y escogemos allí un árbol el que más nos agrade, preferiblemente que sea de tronco grueso y lo abrazamos y nos comunicamos con el ya sea en forma verbal o mentalmente y le expresamos nuestras emociones y sentimientos. Si hay una comunicación justa, seguramente nos trasmitirá su energía vital que nos ayudara a restablecernos y equilibrarnos. Pero si al estar descansando en un árbol sentimos somnolencia, debemos alejarnos de inmediato. Cuando nos alejemos debemos agradecer al árbol el habernos proporcionado su energía vital
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