Metoscopia: el arte de interpretar los lunares, la parte posterior del cuerpo (VII)
Los lunares son manchas que aparecen en el cuerpo y según una corriente muy antigua y apoyada por varios profesionales de las artes adivinatorias nos indican aspectos de la personalidad y cómo influyen en la vida de una persona.
Esta arte adivinatoria se conoce como Metoscopía y es el arte de interpretar los lunares según su cantidad, color y posición en el cuerpo. Para lograrlo divide al cuerpo en sectores, interpretando primero los lunares del rostro, luego los lunares en el frente del cuerpo y finalmente los de la parte posterior.
Con cada uno de estos sectores debe hacerse un mapa general de la posición y cantidad de lunares para luego, siguiendo las referencias para saber con qué aspecto de la personalidad, hacer una descripción global de cómo las características personales influyen en el presente y en el futuro de la persona.
Los lunares que se ubican cerca del codo derecho se relacionan con la falta de madurez, la dificultad para adaptarse y el rechazo al cambio. Cerca del codo izquierdo, hablando de lo contrario, es decir, la capacidad para adaptarse a los cambios con madurez y carácter.
En el antebrazo izquierdo los lunares se relacionan con la sobreestimación de las propias capacidades y la falta de prudencia. En el antebrazo derecho, los lunares hablan de la avidez por competir, el gusto por los desafíos y los riesgos.
En la palma de la mano derecha los lunares se relacionan con la capacidad para comerciar, la economía y para satisfacer sus deseos y necesidades. En la palma de la mano izquierda, tienen que ver con el gusto por lo fácil, con la capacidad para aprovechar las situaciones pero con poca capacidad de previsión.
Los lunares que se ubican en el muslo, debajo de la nalga derecha, hablan de lo complejo del carácter, el desorden y la impulsividad. Y en el muslo izquierdo se relacionan con la moderación tanto del carácter como de los sentimientos, la generosidad, la justicia y la rectitud.
En la pantorrilla derecha, los lunares tienen que ver el talento y la capacidad para tomar decisiones regularmente. En la pantorrilla izquierda hablan de una persona que es atenta a las necesidades de los otros pero que toma decisiones sin consultar.
Finalmente, los lunares que se ubican en el talón izquierdo hablan de la duda ante la necesidad de decidir, de la necesidad de independencia no real y el malgasto de las energías. En el talón derecho, los lunares hablan de la franqueza, el carácter directo y el optimismo. Indican que la persona mira hacia el futuro y está orientado.
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