Mina Bergson la sacerdotiza del ocultismo
En el mundo del ocultismo mujeres y hombres por igual han sabido destacar en cada época. El caso de Mina Bergson es bastante interesante, provenía de una familia repleta de grandes personalidades: un Premio Nobel de Literatura, varios músicos famosos, y ella, la sacerdotiza del ocultismo más importante de principios del siglo XIX.
Mina se hizo conocida con el nombre de Moina Mathers, nació en la ciudad suiza de Ginebra en 1865 y pronto se mudó con el resto de su familia a la ciudad de París. Su interés por las artes comenzó de muy pequeña y le permitió conocer a Annie Horniman, una mecenas de brujos, artistas y hechiceros.
En 1887 conoció a quién sería su esposo, Samuel Liddell MacGregor Mathers, el fundador de la sociedad secreta Golden Dawn. Así comenzama a sumergirse lentamente en el mundo del ocultismo de manera formal. Pronto pasó a formar parte de la sociedad secreta, desarrolló su poder para entender lo paranormal y empezó a utilizar su personalidad para atraer a los hombres y ponerlos bajo su control.
Al igual que otros iniciados en la Golden Dawn, lo primero que hizo fue elegir una frase que la representará y su elección no pudo ser más acertada: No dejo huellas tras de mí.
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