‘Paranormal Witness’: el secreto de Lynchville (IV)
Esa noche estaba KK en su habitación viendo una película en el portátil. Escuchó un ruido. Parecía como un crujido. Este sonido venía de debajo de su cama. KK apartó el portátil y levantó la ropa de la cama para mirar debajo de la cama. Tampoco había mucho espacio donde mirar, ya que el hueco de debajo de la cama estaba ocupado por otro colchón. En ese colchón había un agujero. KK miró por el agujero del colchón. Allí no había más que muelles. Siguió mirando. Giraba la cabeza despacio. Entre los muelles vio algo que apareció de repente. Parecía un niño. Este niño miraba a KK fijamente, consiguiendo que esta gritase del susto.
Tonya entró de momento a la habitación de KK y allí la encontró encima de su cama, llorando, aterrorizada por lo que acababa de ver. “-¡Hay un niño debajo de mi cama, le acabo de ver!”. Tonya se asomó por el agujero del colchón. Allí no había ningún niño. Pero al mirar con un poco más de atención, lo que sí encontró fueron algunas de las piedras del cofre de Hailey.
Con la duda de la voz escuchada en el salón, el niño que KK aseguraba haber visto debajo de su cama y también las piedras del cofre de Hailey, Tonya seguía en busca de esa explicación razonable que consiguiese hacer encajar todo. En la cabeza de Tonya no entraba la palabra “paranormal”, aunque esta estuviese golpeando la puerta cada vez más fuerte.
Más información – ‘Paranormal Witness’: el secreto de Lynchville (III)
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