‘Paranormal Witness’: La abducción (III)
Cinco días de desaparición en los que nadie, ni siquiera el abducido, sabía dónde había estado. Los medios intentaban conseguir la exclusiva como fuera. La presión fue tal que acabaron accediendo a dar una entrevista. Las respuestas del abducido no eran concretas, giraban demasiado, pero aceptó a someterse a una sesión de hipnosis en la que intentar dar más luz sobre su propia desaparición.
La hipnosis funcionó. Sus respuestas eran tan surrealistas como aterradoras. Hablaba de estar tumbado en una mesa con algo apoyado en el pecho, de seres no humanos, sin gestos de sentimiento alguno le rodeaban, como si le estuvieran estudiando. Hablaba de haber intentado atacarles con un objeto que había en esa misma habitación y de cómo ellos se fueron sin decir nada, dejándole solo. Hablaba del pasillo que recorría, cómo era, de una habitación en la que las paredes parecían desaparecer y dejaban ver lo que parecían ser las estrellas. Hablaba de otras personas, de más naves en un mismo lugar, de que esas personas, aún con apariencia humana, no eran normales, y de que una de esas personas fue quien le acompañó cuando le dejaron irse.
¿Verdad o mentira? Eso sólo lo saben ellos, el abducido y los que fueron sospechosos de haber matado a su propio amigo durante cinco largos días. El único que se resistió a hacer la prueba del polígrafo acabó por hacerla: también decía la verdad.
Más información – ‘Paranormal Witness’: La abducción (II)
Índice
Sé el primero en comentar