Paranormal Witness: La Arpía (los arañazos)
Mucha gente habría reaccionado de la misma manera ante esta serie de incidentes: agarro las maletas y me voy para no volver. Pero ese no era el caso de Debra. A ella le parecía “guay” eso de tener un fantasma en casa. Para Tony no era todo tan guay, pero parecía que el aire positivo de Debra acababa por ser algo contagioso.
Llegaba la hora de que la hermana de Debra volviese se marchase. Una semana un tanto intensa, pero que terminaba con una despedida sentida y llena de buenas palabras y deseos. La hermana de Debra se marchaba tranquila viendo que su hermana, lejos de estar asustada, casi celebraba todo lo que estaba ocurriendo en su casa. Cuestión de gustos, como siempre.
Esa tarde Tony quiso salir con Debra y Taylor para visitar a su padre. Ya estaban todos preparados y con Taylor en su silla cuando, lo que parecía ser la sombra de una urraca, casi aterriza contra el cristal del salón, asustando a Taylor y haciéndole llorar. Tony giraba la cabeza de manera instintiva por el susto. Al segundo, Tony lanzaba un grito de dolor: “¡Ah, quema!” Debra fue al instante y se encontró con Tony tocándose la espalda: “¡Esto quema como el infierno!” Debra le levantó la camisa y le miró la espalda. Lo que encontró fueron tres arañazos que le cruzaban la espalda de arriba abajo, como si fuesen de una garra. Grandes, profundos… algo que no se podía haber hecho accidentalmente. Esos arañazos estaban hechos con saña. El asunto del fantasma dejaba de ser ese tema interesante para ser algo que les desbordaba por completo de un instante a otro.
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