Planta de Poder. San Pedro
Llamado el cactus de los cuatro vientos, con poderes extraordinarios, símbolo de los cuatro caminos, por sus beneficios y propiedades curativas. Los curanderos y chamanes lo vinculan con los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Oriente y Occidente y también relacionan su poder y magia con los cuatro elementos naturales: tierra, aire, fuego, agua.
Originario de Suramérica, de las regiones de Ecuador y Perú principalmente. Ha sido utilizado desde hace muchísimos años, incluso antes de la época precolombina, por los indígenas y pobladores de estas tierras, como planta sagrada y con poderes mágicos.
El cactus de San Pedro, fue llamado así desde la época colonial y su consumo llevó a los nativos a darle este nombre, como alusión al guardián de las puertas del cielo, San Pedro. La toma de su pócima induce a la consciencia a “viajes sobrenaturales”.
Esta planta de la familia de los cactus es un alucinógeno, que es usada por los chamanes y curanderos en rituales y ceremonias religiosas. Simbólicamente es estimadas por ellos como sagradas, para atraer y extraer el poder de los seres sobrenaturales, de los elementos más fuertes de la naturaleza, sacar el vigor y la fuerza de los animales respetados y considerados como animales de poder, como es el caso del jaguar.
Los rituales con el San Pedro son realizados por personajes considerados en su medio como seres que han sido preparados desde la niñez en el arte del chamanismo, tal como lo dimos a conocer en nuestro artículo de días pasados correspondiente a El poder de los chamanes y su educación. Las ceremonias con el San Pedro, son llevadas a cabo por el chaman el cual hace el ritual en un sitio llamado “mesa “o altar, en el cual coloca los objetos de poder y todo lo relacionado con la ceremonia, esta es realizada, según la costumbre solamente, los días martes y viernes, considerados días especiales para ello y se llevan a cabo en las horas de la noche.
Es usada hoy en día para curar enfermedades físicas, emocionales y mentales, también es destinada en la elaboración de pócimas para embrujos amorosos, en adivinación de sucesos de su vida cotidiana, para combatir cualquier tipo de hechicería e incluso para la cura del alcoholismo y la locura.
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