Romances mitológicos, Tisbe y Píramo
Tisbe y Píramo eran dos jóvenes de origen babilonio que vivían en la ciudad durante el reinado de la famosa Semíramis. Ambos vivían en casas contiguas y se amaban con sinceridad, pero sus padres prohibían la unión.
Los jóvenes desarrollaron un lenguaje corporal en código con el cual podían transmitirse algunas sensaciones cuando se cruzaban por las calles, pero su alegría fue aún mayor cuando encontraron un pequeño hueco en la pared por el cúal podían hablarse mutuamente sin temor a ser descubiertos.
La grieta en la pared era muy pequeña, solo la voz podía pasar de un lado a otro y durante meses se susurraron palabras de amor y fidelidad por este medio. Desesperados por consumar su amor, Tisbe y Píramo decidieron huir juntos. El plan era encontrarse bajo la estatua de Nino, el fundador asirio.
Tisbe llegó un poco antes a la fuente y vio a una leona bebiendo para saciar su sed tras una cacería. Se escondió entre las rocas esperando a que se hiciera la hora convenida, pero dejó caer su velo. La leona curiosa se acerco al velo y lo mancho de sangre al olerlo.
Posteriormente, cuando Píramo llegó y vio el velo manchado de sangre supuso que la leona se había comido a su amada. Preso del dolor sacó su puñal y se quitó la vida. Tisbe salió de su escondite y encontró el cadáver de su amado. Una tragedia similar a la que vivirían Romeo y Julieta, pero que en este caso sucedió hace miles de años en la mitología.
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